lunes, 25 de junio de 2007

La barbarie de cada día

Pupila insondable,

mirada lejana

inalterable…

en tales circunstancias

tu espectro me acompaña

aunque no lo sepas.



Sentados los dos,

frente a frente,

elevo mi mentón

veo moverse tu barba tupida

mientras la atraviesa

el caluroso Siroco.



Las horas pasan

¡con una lentitud pasmosa!

No quiero distraerte.

ni molestarte.

Bebo delicados sorbitos,

de silencio.



Sigo observándote

nacen dudas

falta gente

tu imagen deviene borrosa;

algún día preguntaré

porqué.



Mas a mi corta edad

entiendo que

entre los escombros

de mi hogar

no es una pregunta oportuna

…aunque si urgente.



El arenoso viento

silba lamentos lejanos.

Poco a poco

sustituyen al silencio;

se preanuncia más muerte

proveniente del cielo:

“Papá…perdón…

sigamos a esa gente.

Esas sombras

siguen regando

ruido, fuego y silencio

con gotas metálicas de odio”.


(Fotografía, Jean-Marc Bouju, Francia, The Associated Press)


1 comentario:

Juan Ignacio dijo...

Como nosotros, gracias a Dios, podemos escupir los delicados sorbitos de silencio para gritar BASTA!, acá va mi escupitajo en forma de abrazo baboso: por tu grito a la barbarie, te saludo, poeta!

NobleCalavera.blogspot.com