Cuando el cine sale de la pantalla

(Advertencia: este no es un post de opinión, es información pura. O pura información...
Los hechos relatados son veraces, aunque quizá no verosímiles).

Existe un edificio en Córdoba que ha causado, y causa, innumerables prodigios. Desde su apertura, en marzo de 2001, se ha constituído en un aleph oportunísimo entre la rutinaria oferta cultural cordobesa. Claro que en oportunidades no logra contener puertas adentro lo que evoca o lo que proyecta, y esto genera hechos curiosos todos los días.

No es poca la gente que ha confirmado noches de memorables despedidas en la terminal de colectivos, en las que un caballero de impecable sobretodo y sombrero resigna su amor con entereza mientras la ve partir en un Chevallier que sale retrasado; o las visitas de aquella misteriosa y bonita mujer al mercado en busca de bolsas de cereales o granos donde sumergir sus manos mientras pasa la asamblea del Suoem reclamando un 15% de aumento.

Recientemente se ha podido ver a la hora de cierre, en los "locales de cómida rápida" de la M amarilla, a un hombrecillo de bigote, sombrerito y andar oscilante que, salido de una tortuosa rutina, se somete allí entre panes, plástico y frituras a ciertas prácticas productivas que continúan vigentes, con sus consecuencias, en estos tiempos posmodernos.

Dos domingos atrás, vecinos de numerosas barriadas han llamado a sus medios "de confianza" afirmando haber visto a elfos y gnomos ocultos en los cuartos oscuros de diversas escuelas, trabajando en la clandestinidad; se discute si para Saruman con peluca, Lengua de Serpiente cavallista o para Gollum el chistoso. Quizá para los tres.

A preparase entonces porque esta semana el Cineclub Municipal Hugo del Carril prepara un homenaje a dos de los directores más reconocidos de todos los tiempos: Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni.

La selección de sus mejores obras comenzará a exponerse el jueves 13 de septiembre, por lo que es de esperar que esta ciudad vuelva a ser visitada por personajes memorables.
Se recomienda caminar con los ojos bien abiertos.

(Fotografía, Municipalidad de Córdoba).