jueves, 12 de julio de 2007

Pequeña Orquesta Reincidentes: música al rescate

Esta tarde, en la soledad de la casa comenzó a sonar el último trabajo de la Pequeña Orquesta Reincidentes: Capricho. La llamita del calefactor era lo más entusiasta de la jornada hasta que la música comenzó a derramarse.

Los sonidos que irrumpen invariablemente en una casa sola se llamaron a silencio.
Nyigo Nyigo embriaga con su melancolía sutil. Sin duda le hubiera encantado a La Maga.

Llega el turno de la banda sonora de la película Wisky; evoca inmediatamente escenas del film uruguayo y por momentos algunos personajes acuden infiltrados entre vidrios y espejos.
Es extraño el silencio de la casa. Gracias teléfono, gracias vecinos y bocinas...
Comienza a latir Colmena. Bailamos con la llamita.

En Capricho -como en sus discos anteriores- hay poesía de lo cotidiano, melodías francesas, gitanas, tangueras, rock, jazz. Un deleite. Brisa entre los hits al por mayor y el plástico.
Se están por silenciar los sesenta y ocho minutos de música. Las sombras escuchan tras la puerta.

2 comentarios:

Maxi Peñéñory dijo...

La Pequeña Orquesta Reincidentes es de esas bandas que siempre he tenido ganas de escuchar y nunca lo he hecho. Indudablemente me tenés que prestar un par de discos.

Francisco Gonzalez Brizuela dijo...

Cuando quieras Maxi...bien podría ser cuando saldemos la deuda de la juntada, ¿no?