lunes, 13 de agosto de 2007

Las certezas de cristal

(En este preciso instante se reanuda la actividad de este espacio con pretenciones comunicativas, luego de una serie de incertidumbres salariales, vocacionales y hasta existenciales que el autor intenta sobrellevar.

Y es que la inflación no solo arrincona hasta la última moneda de nuestro bolsillo, sino que amenaza con insistencia aquellos momentos que cuidadosamente reservamos para recrearnos en modestas actividades. Ya se sabe, el lucro es prepotente.

Así, llegan arremolinadas dudas acerca de las prioridades en tiempos de crisis y abundan espesos consejos de gente racional. O aparecen las miserias y las incoherencias de quienes quieren cambiar el mundo sin dejar de repetir los vicios del egoísmo hegemónico. Me dan ganas de sacudirme como un cachorro.

Conozco lo que sigue: el pragmatismo siempre termina por parecerme una salida sin compromiso, un facilismo artificial, una nevada dentro de bolitas de vidrio. Más tarde o más temprano escampa; uno exhala largamente, se autocompadece en una sonrisa y vuelve a aceptarse mientras salta al vacío.

Que se hagan trizas ciertas certezas, total sus pedacitos pueden dar forma a múltiples y coloridas imágenes e ideas en los caleidoscópicos días de quienes no se traicionan).

2 comentarios:

Maxi Peñéñory dijo...

No le alfoje amigo! No le afloje compañero!

Francisco Gonzalez Brizuela dijo...

Le aflojo pero no le suelto,amigo. Ahí nomás viene el jazz al rescate o algo...nos debemos un asado...